24 de octubre de 2007

Del artista (fragmento de mail a emiquez65)

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Artista es aquel cuyo espíritu está dotado de una sensibilidad maravillosa que le permite apreciar el mundo de un modo intenso y retratarlo de alguna forma (danza, pintura, letras, canto, cine, fotografía son todas expresiones y retratos de ese arte).
En caso de tener un comienzo, la contemplación es uno de los impulsos más intensos del espíritu artístico. Y ciertamente es necesaria para la fotografía.
Si por algo se caracteriza ese espíritu de brisa y terciopelo es por que su sensibilidad es tan majestuosa que puede ser estimulado intensamente por los momentos cotidianos. No hay mayor artista que aquel que se detiene (o es detenido) por la simpleza de la cotidianidad y la retrata, convirtiéndola en una obra de arte. Y esto es esencial: particularmente creo que el artista verdadero (también se puede aplicar a la inteligencia) es aquella persona que tiene la capacidad de apreciar los detalles de las cosas simples y pequeñas, lo cual amplía enormemente los horizontes de su alma. El artista es aquel que ve lo que otros no pueden llegar a ver, por mucho que lo intenten. Dice nuestro Borges (y la hago partícipe de tal legado) en uno de sus cuentos: -estos cuadros están pintados con colores que tus antiguos ojos no están acostumbrados a ver (Utopía de un hombre que está cansado – El libro de Arena). El artista es el que puede apreciar los colores que los ojos de otros saltean, pasan por arriba o deciden no ver (porque no pueden o no quieren ver). El artista es una especie de hombre nuevo, “con ojos nuevos” dotado de mayor sensibilidad. Si algo caracteriza al artista es la posibilidad maravillosa detenerse ante los cotidianos milagros que, por el apremio en el que vive el mundo de hoy, se escapan a los ojos de la mayoría. Y, al detenerse y retratar ese “día a día” convertido, ahora, en una obra de arte, brindarle la posibilidad impagable al ojo no tan sensible de ver lo que usted ve. Es tal la prisa que llevamos que muchas veces perdemos detalles esenciales de nuestra vida, el artista frena el tiempo en una foto y nos permite contemplarlos y, en cierta forma, recuperarlos.
Si el artista solo retratara grandes eventos o acontecimientos… que horror, cuan escasa y pobre sería el arte. Es el “día a día” lo que el artista retrata, no otra cosa… y al hacerlo se retrata: nada tan cotidiano como uno mismo.
Por todo lo anterior es Usted un artista. Y no lo digo yo, lo dice Usted tal vez sin percibirlo: “…La mayoría de mis fotos, ya lo ves, son parte de mi día a día, de los momentos que comparto con los míos, de la alegría contagiosa que me transmiten...”
Se que a veces asusta terriblemente tener en las propias manos la responsabilidad de “dar aliento al alma que agoniza”… pero lamento decirle que, lo quiera o no, Usted ya es un artista.
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