9 de abril de 2012

30 conejos, 5 lagartijas y 68 lombrices

30 conejos, 5 lagartijas y 68 lombrices

Bien conocida es la afinidad de Fabricio Nogueira por los insectos, crustáceos y otras despreciables ponzonias. Sin embargo podríamos decir, sin temor a equivocarnos, que Fabricio era un devoto de toda la naturaleza, pues intuía en ella un orden casi mecánico y una simpleza obligada y sin doblez, que la colmaban de una inocencia y pureza vedadas al ser humano, que soberbio suele jactarse de su complejo razonamiento. 

Desde plantas hasta jirafas, pasando por palomas, lombrices y perros todos eran objeto de estudio y fuente de admiración e inspiración para el coleccionista.*

De niño supo tener todo tipo de mascotas 30 conejos, 5 lagartijas (una sin cola), 10 palomas, 1 gato, 68 lombrices, varias arañas (que alimentaba con insectos muertos) formaban parte de su inventario.

De estos bichos y su relación con los seres humanos, del arte del mimetismo y del camuflaje fue gestándose en Fabricio la idea volverse invisible. Poco a poco fue escribiendo su tratado sobre la invisivilidad y más temprano que tarde, sin que medien explicaciones o demoras, desapareció.


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Solía admirar la siesta tranquila al sol de los perros y las palomas. En la foto se lo ve admirando la siesta al solcito de dos torcazas que apenas lo perciben.

*Aquí vale la pena aclarar que el sobrenombre con el que conocemos a Fabricio es consecuencia de sus compañeritos de escuela, desconsiderados pequeños dignos de todo olvido, que temían todo aquello que quedaba fuera de su limitado comprendimiento y no encontraban mejor forma de enfrentar ese miedo sino por medio de la burla, el desprecio, la marginación y a veces por medio de las golpizas. Digamos que los pequeños despreciables no son sino una burda e inocente imitación de los adultos despreciables, sin embargo la no conciencia, en aquellos, los libra de toda culpa y condena.