15 de noviembre de 2013

efemérides 14112005: lo fiable de ojos y las manos

lo fiable de ojos y las manos

Ya madura la noche, se escucha Sur en la voz de Rivero junto a la orquesta de Troilo. El aire fresco y la oscuridad de la noche, enmarcadas en el anonimato más recóndito de un hogar porteño daban una entonación filosófica a la más trivial de las charlas. Es innegable cierta influencia sobre las percepciones y sensaciones.
Hablaban sobre temas diversos, aunque recurrentes: uno no hace más que repetirse, una y otra vez sus obsesiones vuelven y vuelven.
Miraban algunas fotos de Tellería.
Luciano, se había detenido en un álbum que agrupaba la colección que Carlos, sin mucho esmero, había titulado Manos.
Iban pasando las fotos, una a una.

Los efectos del alcohol son patentes en la frágil naturaleza de un Fabricio, que se tambalea como una hoja.

- Vellmount, escúcheme bien - Dice fortunato - no solo se puede sospechar una vida a través de las manos... si uno es metódico y minucioso puede intuir toda un alma.

Fabricio cabecea y finalmente se queda dormido.

- Si se me permite agregar algo - Interrumpió Brodsky, dirigiéndose a Vellmount - … si usted quiere conocer a los hombres debe esforzarse en sobreponerse a esa cáscara de hipocresía y apariencias con la que nos cubrimos y que conocemos como contrato social…

Se acerca Tellería que ha preparado cantidades industriales de café.
Se escucha la “última curda”.

Continua, Theodore:

- Como destaca Luciano, Usted debe esforzarse y sospechar el alma. Debe escapar al encanto de las palabras y los actos, que a veces son como un canto de sirena que lo distraen a uno del verdadero ser. Las palabras y los actos son falibles y pasibles de ser falseados sin mayor dificultad. Ellos mienten y sirven a una máscara obsecuente bajo la que el hombre se esconde, temeroso o vil: ni en la soledad de su cuarto es el hombre es quien dice ser pues pesa, muchas veces, la mirada inquisitiva de un Dios ominipresente y absurdo que adquiere las formas más diversas. Sin embargo los ojos y las manos tienen vedada la mentira, y el alma se filtra en cada mirada, en cada golpeteo de unos dedos contra la mesa.

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Dr. Roberto Lambertucci