Tellería, en su alquimia había fabricado una máquina de autorretratos. Refiriéndose a ella, dice en su libro "esse est percipi aut percipere":
"Su refinado mecanismo funcionaba a la perfección: uno se ponía ante la cámara, a un metro y poco más, y por medio de un cable prolongador se accionaba el gatillo. El resultado era siempre asombroso. Cada foto era la de un paisaje o el retrato de otra persona, incluso algunos días manos, atardeceres y rosas componen caprichosamente la escena".
---
Extrato del capítulo 23: Filosofía y fotografía, en "Esse est percipi aut percipere" de Carlos Alberto Tellería. Buenos Aires. Editorial Elsa Tori. 1° Edición. 1953.