Los eventos previos a verla, lo hablado y lo sucedido parecían no tener lógica y claramente a mi entender parecían no convenientes... Pero fueron.
Lejos del arrepentimiento y luego de repensarlo un poco comprendí que cada hecho era necesario y debía suceder... Sin creer en el destino o en Dios volví a descubrir una lógica superior que obra a través de los hombres y sus actos...
Era necesario y conveniente... aunque yo, con mi lógica precaria, creía todo lo contrario. Y claro está que por mucha resistencia que haya puesto, debía suceder y sucedió.
Juro que por momentos me aterra que esa inteligencia, esa lógica superior a los hombres, se llame Dios...