31 de octubre de 2017

Historia viva

Hace tiempo llegué a vos, Daniel, y me fuiste presentado por otro Uruguayo enorme. Llegué a vos por Mario.

En mis tiempos de universidad, allá en La Plata, en calle 5 y 53, en un momento en el que viví inmerso en una bruma muy espesa en la que se mezclaban un cierto desarraigo, nostalgias varias y al estruendorosa caída de varios paradigmas personales.

Fue justo ahí, que como la luz del faro de Cabo Polonio, la poesía, la trova y la literatura desgarraron ese velo de oscuridad que nublaba mi vista.

Fue justo ahí que “a dos voces” con Mario, entonando “Soledad Barret” y “otra voz canta” me llegaste al alma y sin pedir permiso decidiste alojarte para siempre en mi corazón niño, al lado de ese otro poeta oriental.

En ese tiempo, asistí a cada una de tus canciones casi como si fueran una religión.

Quien iba a decir qué más de 10 años después de conocerte, y ya en Capital, tuviese el gusto de escucharte en el Torquato Tasso.

Me sorprendió tu voz, me impactó.

Y las voces impactan por dos cosas completamente distintas: por su potencia y por por lo que dicen.

A medida que pasaban las canciones y lo que ibas contando tuve la certeza de que no estaba frente a un hombre, sino que estaba frente a un pedazo de historia viva.

Frente a uno de los últimos trovadores de aquella época, simultáneamente trágica y bella, que vivieron el exilio y tuvieron el coraje de cantarlo, para alejar con la memoria el fantasma del olvido.

Hoy me llega, como un rumor primero y con la objetiva certeza de los medios después, la noticia de tu muerte.

Estaba por dormir, pero quise llorar y acá estoy. En silencio escuchando “Anaclara” y leyendo las noticias.

Una parte de historia viva se nos fue, pero no se murió.

Porque eso le pasa, la inmortalidad, a los tipos que tienen la suerte o la desgracia de toparse con su destino y a costa de coraje, valor, talento y entrega se convierten en historia viva.

“No no no, no son campanas, no no, no son de muerte que son de vida, son todo un pueblo, de compañeros, cientos de miles que no te olvidan” y que gracias a vos, historia viva, no olvidan.