25 de enero de 2012

ineludible soledad...

[...]

Y ante la mirada congelada de Adolfo, Vellmount siguió hablando:

- Usted, Lescano, potencialmente podría seducir y enamorar a todas y cada una de las mujeres que pretenda o lo pretendan... Incluso me animaría a decir que ya lo ha hecho. Es por eso, mi amigo, que ha de estar condenado a la más austera y rotunda soledad. 

[...]

Fragmento de una calurosa charla que mantuvieron Adolfo Lescano y Hernán Vellmount, recopilada para el arte de la invisilibilidad por el Dr. y Biógrafo Roberto Lambertucci.