
Una mirada fresca como las gotas de cristalina agua que bañan ese hocico… Una mirada pura, llena de confianza, llena de fidelidad que buscaron casi de inmediato y sin dudas mi mano amiga, en respuesta al sutil silbido… Una mirada capaz de detener mis tiempos y mi caminar… “Un ser que busca afecto con anhelo y otro que desea darlo casi con obsesión”… el encuentro es inevitable… Como dice el Maestro Sabato: si solo hubiera en todo el mundo dos personas con iguales gustos… estas se encontrarían y ese encuentro no sería ningún milagro, todo lo contrario… El encuentro sería lo esperable y lógico.
Me fui sonriendo… aunque dolió el despedirme… pero solo acepté partir con la promesa de encontrarnos en otros ojos puros, en otras miradas bellas y llenas de frescura.
Fabricio Nogueira
La Plata, Domingo 26 de Noviembre de 2006
La Plata, Domingo 26 de Noviembre de 2006