10 de noviembre de 2022

anatómicamente perfecto

Camino por Villegas, hacia donde estaba antes el Progreso. Hacia Mc Fly.

Pregunto si puedo sentarme

- Cuantos van a ser? - Me pregunta la mesera

- Al menos cuatro - Respondo

- Si, en cualquiera de las mesas - Dice con media sonrisa y se marcha.

Busco en vano el Qr para la carta. Levanto la mano, y con una seña que me parece lógica pero que seguramente, vista desde afuera es inentendible, pido un menú.

No quiero caer de forma mecánica en la caipiroska de maracuya. Asique miró los tragos, estoy entre el Mc Fly y el DeLorean. 

Afirmo como si comprendiese, como si hubiese tenido una gran revelación: es el aperol, claramente es el aperol.

Me tocan el hombro.

- Sebita!!!!!!! Nos damos un abrazo.

Nos ponemos al día mientras pedimos algo para tomar y para comer. 

- Hiciste cardiología, no?

- No, clínica y reumatología 

- No hiciste cardiología, estaba seguro que eras cardiólogo - Repite Sebastián sorprendido.

- De dónde sacaste eso?

- Me acuerdo...

De repente todo comienza a distorsionarse (todavía no tomé nada), la voz de Sebastián comienza escucharse lejana. De pronto siento la sensación de la montaña rusa, justo antes de bajar en caída libre. 

Se apagan los sonidos y como un cimbronazo me sacude, casi me desprende de la silla. 

Abro los ojos,  estoy aturdido. 

Un ruido ensordecedor, metálico me taladra los oídos. Parece música. Miro a mi alrededor. Estoy en un bar platense. Siento la torpeza y la descomposición del movimiento de cuando tomo cerveza. 

- Ja, todavía no entendía que la cerveza me hace mal! no es el alcohol, es algo de la cerveza! por eso tomo vino o tragos! - Comento en voz alta aunque no había nadie cerca.

Un remolino de gente yendo y viniendo, contorneándose, sacudiéndose embrujados por esos ruidos estridentes que me revientan los oídos.

- Vení, Marino! - me agarran del brazo. Es Sebastián con Pipi, que están en un estado peor que el mío. 

Me presentan a Laura.

- Como estás - Le grito en la oreja

- Bien, vení vamos a sentarnos, estoy cansada 

Nos sentamos en la mesa en la que estaba anteriormente. 

- De dónde sos?

- De Trenque Lauquen, que suena al Sur Argentino, pero es provincia de buenos Aires... Cerquita de Pehuajó, a 150 km de Santa Rosa - Respondo.

- Y qué haces por la Plata

- Estudio medicina

- Dale, me estas chamuyando, te querés hacer el interesante! - Dice y me pega con la mano 

- No, de verdad, quiero ayudar a la gente

- Hay, que noble... no te creo - Dice - demostramelo.

Pienso un segundo y agarro una lapicera bic que había en la mesa y una servilleta y le digo:

- Así es como se representa el amor, con un corazón (hago el dibujito clásico), sin embargo es anatómicamente impreciso! - Y comienzo a dibujar

- Qué haces?

- Demostrarte que soy médico... Estudiante de medicina

Se ve que me meto tanto en el dibujo que se vuelan los minutos. Cuando levanto la cabeza triunfante, ostentando mi obra en la servilleta... Laura ya no estaba.

- Que meirda es eso? - Me pregunta Sebastián

- Un corazón anatómicamente real

- Que porquería intrincada es el amor real, bromea alguien de otra mesa mirando la servilleta.

Otra vez la montaña rusa, los ruidos y los olores empiezan a alejarse, de nuevo el sacudón.

Abro los ojos. Hay silencio, se escucha el ruido lejano de algún autobus y muchos autos. Estoy en un escritorio, dibujando en un iPad. 

Estoy asquerosamente sobrio, se escucha de fondo Devenire, de Ludovico. 

Son mis manos, pero no las controlo. 

Estoy dibujando nuevamente. 

- Qué mierda es eso? 

- Pará que va a ir tomando forma.

Capa por capa me veo dibujando un corazón. 

Otra vez la sensación. Los ruidos y colores que se alejan, el sacudón. 

- Donde carajo estaré ahora

- Vos eras cardiológo, no? - Me pregunta Sebastián

- No, nada que ver

- Y por qué creo que....

- Porque me viste dibujando un corazón en una servilleta de papel una vez que salimos en La Plata

Sebastián piensa un momento y, riendose, dice:

- No estabamos bien

- No

Nos reímos, pedimos una cerveza y algunos tragos.

---

CABA

La Plata

Trenque Lauquen 



7 de noviembre de 2022

nostos

 

En griego, «regreso» se dice nostos. Algos significa “sufrimiento”. La nostalgia es, pues, el sufrimiento causado por el deseo incumplido de regresar. La mayoría de los europeos puede emplear para esta noción fundamental una palabra de origen griego (nostalgia) y, además, otras palabras con raíces en la lengua nacional: en español decimos “añoranza”; en portugués, saudade. En cada lengua estas palabras poseen un matiz semántico distinto. Con frecuencia tan sólo significan la tristeza causada por la imposibilidad de regresar a la propia tierra. Morriña del terruño. Morriña del hogar. En inglés sería homesickness, o en alemán Heimweh, o en holandés heimwee. Pero es una reducción espacial de esa gran noción. El islandés, una de las lenguas europeas más antiguas, distingue claramente dos términos: söknudur: nostalgia en su sentido general; y heimfra: morriña del terruño. Los checos, al lado de la palabra “nostalgia” tomada del griego, tienen para la misma noción su propio sustantivo: stesk, y su propio verbo; una de las frases de amor checas más conmovedoras es styska se mi po tobe: “te añoro; ya no puedo soportar el dolor de tu ausencia”. En español, “añoranza” proviene del verbo “añorar”, que proviene a su vez del catalán enyorar, derivado del verbo latino ignorare (ignorar, no saber de algo). A la luz de esta etimología, la nostalgia se nos revela como el dolor de la ignorancia. Estás lejos, y no sé qué es de ti. Mi país queda lejos, y no sé qué ocurre en él. Algunas lenguas tienen alguna dificultad con la añoranza: los franceses sólo pueden expresarla mediante la palabra de origen griego (nostalgie) y no tienen verbo; pueden decir: je m?ennuie de toi (equivalente a «te echo de menos» o “en falta”), pero esta expresión es endeble, fría, en todo caso demasiado leve para un sentimiento tan grave. Los alemanes emplean pocas veces la palabra “nostalgia” en su forma griega y prefieren decir Sehnsucht: deseo de lo que está ausente; pero Sehnsucht puede aludir tanto a lo que fue como a lo que nunca ha sido (una nueva aventura), por lo que no implica necesariamente la idea de un nostos; para incluir en la Sehnsucht la obsesión del regreso, habría que añadir un complemento: Senhsucht nach der Vergangenheit, nach der verlorenen Kindheit, o nach der ersten Liebe (deseo del pasado, de la infancia perdida o del primer amor).

Milan Kundera, Ignorance