24 de junio de 2020

verte reír, nostalgias y el corazón en una bolsita de papel



Ella tenía frío, estaba acurrucada en un rincón del sillón, envuelta en un manta de mil madejas, la luz del salón apagada, la luz tenue y cálida de una lámpara de lectura apenas alcanzaba para iluminar su cuerpo, destacando su rostro, su mirada algo triste y una media sonrisa:
- Las veces que deliré un momento no me fue bien - dijo ella, entre oscura y bella
A él se le anudó la garganta, la entendía.
Frotaba sus manos, se dispuso a hablar: 
- Es que a mi siempre me pasa eso, nunca entendí bien por qué - agregó, mientras se replegaba sobre su nostalgia y se abrigaba con el edredón.
Continuó:
- No hacemos bien en hablar, no deberíamos...
- Decime qué querés, si te hace mal desaparezco... - Le dijo él, no sin resoplar en forma de sutil protesta.
- No se, la verdad que no se...  - dijo nerviosa - me hace sentir culpa. Creo que no está bien...
Ella calló. Se miraron en silencio.
El preguntó, no sin miedo:
- Querés que dejemos de hablar?
- No se qué decirte...
- Lo que sientas vos, sin hacer caso a lo que se espere o creas que esperen de vos...
- No es tan fácil...
Hizo una pausa y continuó:
- Soy en extremo respetuoso de lo primero pero no de lo segundo...
Callaron un buen rato



- Poné algo de música...
El se levantó.
- Amo Sabina, lo sabés...
- Lo se
Ella tarareó.
El tarareó.
Hicieron un repaso rápido de muchas de sus canciones. 
Por fín empezó a escucharse Serrrano.
El sonrió, y esperó el momento, entonces cantó en voz baja una estrofa:

"Un día la vida echará abajo tu puerta.
Rendida, acorralada te pedirá cuentas
Por este fracaso,
Por haberme mentido.
Y no encontrarás al hombre que te ponga a salvo,
Que el hecho de estar vivo siempre exige algo.
Déjate convencer,
Duerme esta noche conmigo"... o al menos charlá conmigo

Ella miró sus ojos:
- Me hacés reír
- Alerta, la bella mujer ha sonreído, pecadora, llamen al cura!!! - Ironizó
- Basta, no es gracioso...
Se disculpó, pero agregó: 
- Algo que te hace reír puede no ser tan malo...

Sabina condujo a Serrano, ambos a la nostalgia, la nostalgia a la fotografía y aquí estoy estoy escribiendo.